La producción agrícola se ve fuertemente influenciada por el clima, y cualquier cambio en el mismo puede reducir la productividad de los cultivos y poner en riesgo la seguridad alimentaria de la creciente población mundial. La cebada es una de las especies de cereal más importantes a nivel mundial en términos de producción, utilizándose tanto en la alimentación animal como humana así como en la industria maltera. Las predicciones sobre el clima plantean un continuo incremento del CO2 de la atmósfera, asociado con temperaturas más elevadas y con un aumento de la duración e intensidad de las sequías.
El cambio climático supone una alteración de los principales factores ambientales que afectan a la productividad y calidad de los cultivos que, junto al aumento de la demanda alimentaria por la mayor población mundial, pone en jaque la seguridad alimentaria futura. Los escenarios pronostican un incremento del CO2 atmosférico, una temperatura más elevada y un aumento en la intensidad y duración de las sequías lo que implicará cambios en la productividad y calidad.