Desde FSC se trabaja en la promoción de una gestión forestal sostenible, en una gestión adaptativa en sí misma, por lo que lo que se pretende con los resultados de este proyectos es mejorar el sistema, incorporando una serie de herramientas fáciles de usar por los propietarios y gestores forestales para que se pueda realizar una seguimiento adecuado de los efectos del cambio climático en nuestros sistemas forestales y actuar en consecuencia, haciendo nuestros bosques más resilientes ante los efectos de dicho cambio climático.
Los escenarios de cambio climático prevén un aumento de la frecuencia e intensidad de eventos de sequía lo que conllevará impactos muy negativos para el funcionamiento de los ecosistemas forestales, especialmente aquellos con limitaciones hídricas como los mediterráneos. Anticiparse a estos impactos constituye un reto crucial para los gestores forestales y para el mantenimiento de los servicios ecosistémicos y la multifuncionalidad de los bosques. Sin embargo, la mayor parte de la investigación llevada a cabo sobre gestión para la adaptación al cambio climático se ha centrado en estrategias para mejorar su resistencia a corto plazo en vez de garantizar su resiliencia a largo plazo.
El proyecto DARE (“Modelos empíricos de la vulnerabilidad y resiliencia de los bosques a la sequía a diferentes escalas espacio- temporales: aplicación a la estrategia española de adaptación al cambio climático”) tiene como objetivo identificar mecanismos clave (desde el individuo al ecosistema) que subyacen a la resiliencia de los bosques frente a sequias extremas, y cuantificar la vulnerabilidad y riesgo para diferentes tipos de bosque. Utilizaremos una combinación de modelos correlacionales y de proceso para comprobar hipótesis sobre los mecanismos que confieren estabilidad frente a la sequía (resistencia y resiliencia) a diferentes niveles de organización, con énfasis en el papel desempeñado por los legados y la “memoria” del sistema.
Las ultimas predicciones del IPCC sugieren un aumento en la frecuencia e intensidad de las sequias con consecuencias muy negativas sobre procesos fundamentales de la biosfera como la productividad primaria neta o el reciclado de nutrientes para las próximas décadas. En zonas limitadas por la escasez de agua, como es el caso de la cuenca Mediterránea, los eventos de sequía extrema podrían reducir drásticamente la productividad forestal y desencadenar fenómenos de decaimiento particularmente en poblaciones situadas en el límite meridional de sus rangos de distribución.